Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado
Iglesia: Lirios del Valle Central
El rey de reyes caminaba en las
calles de Jerusalén, los ángeles del cielo celebraban el cumplimiento del plan
redentivo para la humanidad, soñado en el cielo y diseñado desde la fundación
del mundo.
La gente recibía su luz mientras él
los miraba y les hablaba cada día en su paso por la tierra. Pero el infierno
temía. Satanás y sus demonios temblaban
con solo imaginarse que el hijo de Dios caminaba entre los hombres. Todas las áreas de influencia del reino de
las tinieblas comenzaron a tambalear. Muchos poseídos por espíritus inmundos
eran liberados. Incluso aquel que tenía más de tres mil demonios adentro,
puesto que se hacían llamar legión. No había poder que resistiera la excelsa
gloria del buen pastor.
Cojos, ciegos, mudos, leprosos e
inclusive muertos resucitaron y fueron sanos. Un poder sin límites se estaba
revelando por primera vez a la humanidad. Así que frustración, miedo y derrota
vino sobre todo el sistema de gobierno de la oscuridad. Y desde esos días, no han podido recuperarse.
Jesucristo selló nuestras victorias en la cruz
del calvario para siempre. Así que aquel
que le recuerda la derrota al mismo satanás se convierte en más que vencedor en
Cristo. Viviendo el sueño del cielo al recuperar el domino de Dios a través de
sus hijos que se perdió por el primer Adán, pero que el postrer adán lo volvió
a recuperar. Cada vez que adoras, oras y hablas de Dios, azotas al reino de las
tinieblas, y formas parte de la pasadía más temida por los enemigos de Dios.
Recordemos el origen de nuestra
victoria. Recordemos siempre aquella tarde nublada, donde se escuchó al Rey de
Reyes decir: Tetelestai
[Juan 19:30] La palabra tetelestai
viene del griego y significa: consumado es…
Esa fue la palabra que nuestro amado
rey Jesucristo dijo desde la cruz. sellando así la eterna victoria heredada a
todos sus hijos amados.
“más el herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados” [Isaías 53:5]
Esa gloriosa consumación, fue tejida
con la piel perforada de Jesús y teñida por la brillante tinta carmesí de su
sangre, para envolver y arropar a todo el que se lo pida y lo busque. El
consumado es, firmo nuestra salvación, nuestro perdón y nuestra eterna
felicidad a través de Jesucristo. Así que no necesitas alcohol, drogas,
placeres inmorales, ni ningún tipo de recurso humano para ser feliz, solo a
Cristo.
Allí en esa cruz, empapada con el
torrente sanguíneo del cordero perfecto. Se escribió en las estrellas un
tetelestai por ti y por mí. Allí se gravó en el polvo de la tierra, y en las
arenas del desierto y del mar, la expresión total de su obra redentora por
todos nosotros. Y se escribió en el libro eterno para que siempre podamos
accesar a tan divida bendición. Por lo tanto, proclamamos tetelestai en contra
de la enfermedad, el dolor, la soledad, el fracaso, la oscuridad, la maldición,
el pecado y sobre cualquier cosa existente.
Por lo tanto, sentencia de victoria viene sobre todas las cosas a través
de Jesús. Porque el ya ganó, y si el ganó nosotros también ganamos a través del
eterno y siempre vigente tetelestai el cual es el definitivo consumando es…
Cuan grande es el amor de Jesucristo
por nosotros. Es como un romance que no podemos evitar.
[Juan 20:15} El amado de nuestras
almas, es aquel hortelano que sale a laborar muy temprano en la mañana, el
jardinero sabio que sabe podar nuestras ramas, el agricultor perfecto que
conoce la fórmula para hacernos fructíferos mediante el poder de su
resurrección. Él es el hortelano que ministra vida en medio de sepulcros, el
que nos imparte su espíritu de resurrección para todas las áreas de nuestras
vidas. El que te anuncia buenas noticias cuando piensas que todo acabo, el que te
devuelve el gozo con solo mencionar tu nombre. Ese hortelano quiere ser el
guardián del jardín de tu corazón. Amalo y síguelo por el resto de tu vida.
¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no darle
nuestro corazón? ¿Cómo evitar adorarlo, servirle y vivir para él? Definitivamente,
la historia entre nosotros y Jesucristo se llamaría: un romance inevitable…
[Para más reflexiones, visita nuestro
canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 2253-1529]
Fuente: laprensacristiana.com

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